miércoles, 2 de mayo de 2012

Las nubes se están cayendo (Capítulo 2)

Bacterias que hacen llover

 Cuesta imaginar que en las nubes haya bacterias. Pero así es. En 1997, la investigadora Birgit Sattler, de la Universidad de Innsbruck (Austria), las encontró en formaciones nubosas de los Alpes, a 3.000 metros de altura. Además, estos microorganismos podrían haber desarrollado la capacidad de generar lluvia para así dispersarse por la superficie del planeta. Brent Christner, microbiólogo de la Louisiana State University, descubrió que la bacteria Pseudomonas syringae posee un gen que codifica una proteína que les permite adherirse a las moléculas de agua, lo que ayuda a la formación de cristales de hielo. Las altas concentraciones de estos núcleos biológicos pueden influir en la cantidad de lluvia, granizo y nieve.

Las nubes descienden 40 metros

Quien haya leído los cómics de Astérix recordará que Abraracúrcix, el valeroso jefe de los galos, solo le temía a una cosa en el mundo: que el cielo se desplomara sobre su cabeza. Pues bien, parece que sus temores están a punto de hacerse realidad, porque una investigación realizada en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, ha demostrado que las nubes han descendido unos 40 metros de altitud en la última década.  Entre los años 2000 y 2010, los científicos analizaron las mediciones globales de las nubes a partir de la información recogida por la sonda Terra de la NASA, que fue lanzada en diciembre de 1999.


El resultado del estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, es que la altitud de las nubes podría haber disminuido en esta década en un rango comprendido entre los 30 y los 40 metros. En principio, y aunque el concepto suene a catastrófico, esto podría ser una buena noticia. Porque tal y como explica Roger Davies, director de la investigación: “Una reducción constante en la altura de las nubes permitiría a la Tierra enfriarse de manera más eficiente, reduciendo la temperatura de la superficie del planeta y potencialmente ralentizando los efectos del calentamiento global. Esto puede representar un mecanismo de reajuste natural, un cambio provocado por dicho fenómeno que, por muy extraño que parezca, ayuda a contrarrestarlo”.

¿Pero por qué está disminuyendo la altitud de las nubes? “No lo sabemos exactamente”, reconoce Davies, “pero tiene que ser debido a un cambio en los patrones de circulación que dan lugar a la formación de nubes a gran altura”. El científico reconoce, además, que un registro de datos que abarca solo un período de diez años es muy pequeño para poder sacar conclusiones que sean definitivas, y que habrá que continuar realizando mediciones durante los próximos años. Pero los datos obtenidos hasta ahora son: “El indicio de que algo importante está sucediendo en la atmósfera”, según afirma Davies.

Las luces del seísmo
  • Desde tiempos remotos existe la creencia de que la aparición de ciertas luces de colores en el cielo son el presagio de un terremoto. Numerosas crónicas así lo atestiguan. En 1746, la aparición de estos enigmáticos resplandores sobre la isla de San Lorenzo en Perú fue seguida tres semanas después por un devastador tsunami. ¿Pero hay algo de verdad en esta creencia?


    No existe una explicación definitiva sobre este fenómeno, pero el físico y geólogo Friedmann Freund, de la NASA, tiene una teoría que resulta sugerente: descubrió gracias a sus experimentos en laboratorio que la superficie de las rocas puede transmitir la electricidad. El geólogo cree que cuando las rocas son sometidas a las presiones de un temblor, sus componentes químicos reaccionan y provocan una carga eléctrica que se traslada por la superficie. “Las rocas serían como una batería que produce gran cantidad de electricidad”, afirma el experto. Según su teoría, si la carga acumulada en la superficie rocosa es muy intensa, se creará un campo magnético lo suficientemente poderoso como para ionizar el aire, lo que podría causar un fenómeno luminoso propagado por la atmósfera.

    “Vivir en las nubes”

    Suena muy bonito, pero ¿sabías que ya están ocupadas por las bacterias?
     






    Fuente: Quo
  • Nubes

    “Vivir en las nubes”

    Suena muy bonito, pero ¿sabías que ya están ocupadas por las bacterias?

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